Nashville, Estados Unidos
Nashville, Tenessee, USA.
La experiencia en el campo
El campo de trabajo consistía en la rehabilitación y reconstrucción de viviendas afectadas por una fuerte riada que pasó el año anterior. Los trabajos se hacían en viviendas particulares y, debido al tiempo que había pasado, la mayoría ya estaban prácticamente terminadas y solo faltaba pintar, poner el suelo y cosas así. Aparte de estos trabajos también derrocamos una casa; primero sacando la fachada exterior, el aislamiento, las paredes interiores y dejando solo la estructura, ¡y después lo estiramos con una pick-up! ¡Realmente esta ha sido una de las mejores experiencias de mi vida! No solo porque es una actividad que normalmente no haces, sino porque puedes ver como está construido todo y, en mi caso que estudio arquitectura, es una actividad que fue de muchísima utilidad para mí.
Hay que decir que el trabajo era bastante duro. Trabajábamos de lunes a viernes de 8 de la mañana a 4 de la tarde y hacía muchísimo calor. Además cogimos una ola de calor que afectaba a case todo el país y estábamos normalmente alrededor de los 35-38 °C.
El trabajo lo desarrollábamos con voluntarios locales, gente de Nashville, que ofrecía su tiempo como nosotros, pero ellos estaban todo el año. Eran hombres grandes, alrededor de los 60 años, pero que trabajaban sin cesar, sin pensar en lo que se cansaban… Y creo que ver esta disponibilidad y este sacrificio nos animaba a nosotros a trabajar. Con ellos convivimos bastante: yendo a conciertos, partidos de baseball y fútbol americano, tomando helados, etc. La gente que iba a aquella iglesia también se volcaba mucho con nosotros y fuimos a sus piscinas, ¡y también hicimos cenas tipo barbacoa!
En cuanto a la camp leader, ya era su tercer campo de trabajo en los EE.UU., todos como monitora, y había hecho el primero en Kenia con la misma organización que fue cuando conoció al director e iniciaron la relación. Personalmente creo que era la pieza que nos unía a todos. Era bastante más grande que nosotros, pero tenía un espíritu muy alegre.
Todo el mundo ha oído hablar acerca de los Estados Unidos, ha visto paisajes y ciudades a las películas o en las revistas. Todos tenemos una idea previa del país puesto que lo comemos a todas horas. Yo ya había ido anteriormente a Chicago y Nueva York pero esta vez ha sido diferente. Nashville es la capital de la música, en todos los sentidos. Hay música en todas partes y todo el mundo está relacionado. En esencia es básicamente Country y Bluegrass (lo del banjo!) o sea que es muy posible que hayas escuchado alguna vez alguna canción.
En cuanto a la gente de allá todos eran bastante religiosos (aparte de que la organización que gestionaba el campo era una iglesia y dormíamos allá y todo) pero siempre respetando tus ideas. Esto es importante porque cuando estás a miles de kilómetros de casa y te encuentras que no respetan tu cultura todo hace más daño, por lo que tienes que ser respetuoso con su cultura también. Además, en mi campo había una chica musulmana que coincidió con el mes del ramadán y no hubo ningún problema.
Además, el tema del patriotismo es una cosa fuera de lo normal. Bien, de lo normal aquí, pero allí es una bandera a cada esquina, a cada autobús.
Cómo moverse
Nashville no tiene ninguna conexión directa con Europa como sí hay en Nueva York, Chicago, Washington DC, etc. De todos modos hay un aeropuerto en la misma ciudad al que se puede volar desde prácticamente cualquier ciudad del país. A banda están los autobuses, que son mucho más baratos y llegan a ciudades que no puedes ir en avión o sale más caro. La red de tren es inexistente, solo pasa uno y es para mercancías, por eso es que este sistema es casi inimaginable. El otro medio de transporte es, evidentemente, el coche. Lo utilizan incluso para cruzar la calle, ¡literalmente! (A nosotros una vez nos llevaron a la otra acera en coche y fue uno de los momentos más memorables de todo el campo).
La moneda que utilizan es el dólar. El cambio euro-dólar nos favorece muchísimo ahora mismo, por lo que siempre es una ventaja.
De todas maneras allí no gastamos más de 150 dólares en el mes que estuve. Acostumbrábamos a comer siempre en la iglesia y si hacíamos alguna salida siempre podíamos hacernos un bocadillo o lo que fuera. Igualmente salimos tres o cuatro días a cenar fuera y también a comer y nos lo pagamos nosotros porque entendimos que lo estábamos eligiendo puesto que, como ya he dicho, allí nos ofrecían toda la comida que quisiéramos. También fuimos a un concierto en un local que cobraba entrada, pero la gente de allá nos invitó.
Por otro lado, en el infosheet nos decían que no lleváramos más de 100 dólares (aprox. 70 euros), pero personalmente encuentro que es poco dinero para estar 4 semanas fuera de casa, comprando regalos y comiendo de allá. Siempre se puede pagar con tarjeta, eso sí. Yo llevaba la Visa y la Visa Electron (tipo carné joven) y no tuve ningún problema.
Alimentación
La iglesia nos proveía de toda la comida. El almuerzo acostumbraba a ser café, cereales, leche, zumos, pastas, fruta. Básicamente te podías preparar lo que quisieras. La comida durante los días de trabajo la preparábamos antes de salir por la mañana y eran sándwiches de pan de molde con lechuga, queso, jamón dulce y cosas así. También teníamos abundante fruta, yogures, verduras, etc. Las cenas y comidas de los días que no trabajábamos las acostumbrábamos a cocinar nosotros, por turnos. Dos o tres días cocinamos platos de nuestro país (yo hice una tortilla de patatas y me salió buenísima). Por lo general hacíamos pasta, carne, pollo, etc. Acompañado siempre con ensalada y arroz o verdura. Creo que teníamos la posibilidad de alimentarnos mucho y muy variado. Evidentemente que no son los mismos alimentos que en tu casa, pero esto lo tienes que tener claro en el momento en el que te vas a un país extranjero. De todas maneras, ¡el mito de la comida americana aquí se deshizo! Siempre había fruta y verduras de toda clase. Además, los miércoles y domingos nos pedían si queríamos que compraran algo en especial y nos lo compraban.
Aparte de las comidas normales, los miércoles por la noche siempre hacíamos como una cena de hermandad con gente de la iglesia, los propietarios de las viviendas que estábamos arreglando. Podía venir quién quisiera, cosa que encontré genial porque así compartías más cosas.
Yo viajé sola antes y después del campo. Antes del campo, pero, contacté con el resto de voluntarios internacionales mediante la plataforma de voluntarios internacionales (la clave de acceso y usuario te lo dan después de haberte inscrito en algún campo) y les pregunté si alguien quería venir conmigo. Reconozco que fue un poco extraño, si alguien que no conoces de nada te envía un email diciéndote si quieres venir con él/ella de viaje, pero yo lo tenía que intentar porque ya tenía en mente visitar algún lugar después del campo.
De todos modos viajar sola ha sido una de las mejores decisiones de mi vida (después de la decisión de ir a este campo). Puedes visitar lo que quieras sin la problemática de viajar con un grupo o alguna persona más. También es verdad que de vez en cuando querrías tener a alguien conocido a tu lado, pero cuando vas solo enseguida empiezas a hablar con la gente y la gente acostumbra a ser bastante amable.
También es cierto que, después del campo, estuve bastante triste porque añoraba a la gente del campo de trabajo puesto que siempre había estado rodeada de gente e hice muchísima amistad con dos chicos franceses. Así que era bastante extraño, después de un mes, encontrarse a solas en una ciudad que no conoces.
En el viaje de antes del campo estuve en casa del director del campo de Washington DC (volé de Barcelona a Washington) durante un par de días y allí conocí a la camp leader. El viaje de Washington a Nashville lo hicimos en coche y duró unas 13 horas. El punto positivo de esto es haber conocido a la camp leader, puesto que hicimos mucha amistad.